Para los bahá'ís, Dios es el Ser Supremo, la fuente de todo conocimiento, poder y amor. Es el Creador del universo y de toda la vida en él contenido. En su enseñanza se enfatiza la unicidad de Dios, lo que significa que no hay otro ser divino aparte de Él.
Además, los bahá'ís creen en la existencia de los Manifestantes de Dios, que son seres humanos especiales que han sido enviados por Dios para transmitir Su mensaje a la humanidad. Estos incluyen a Moisés, Jesús, Buda, Muhammed y Baha'u'llah, a quien los bahá'ís consideran el más reciente y completo de los Mensajeros de Dios.
El Bahaismo también enseña que Dios es el Juez justo, quien recompensa el bien y castiga el mal. Sin embargo, los bahá'ís creen que el amor y la misericordia son los atributos principales de Dios y que su juicio es siempre guiado por estos atributos. A través de la práctica de la oración y la meditación, los bahá'ís buscan desarrollar una conexión personal con Dios y encontrar la paz y el propósito en la vida.
La fe Bahai enseña una visión universal y unificadora de la religión, que busca fomentar la unidad, la paz y la armonía en el mundo. Esta fe considera que todas las religiones provienen de una misma fuente divina, y que todos los seres humanos son iguales ante Dios, independientemente de su raza, género o origen étnico.
Uno de los principios fundamentales de la fe Bahai es la búsqueda constante de la verdad, que se alcanza a través del conocimiento y la razón, pero también por medio de la espiritualidad y la contemplación. Por esto, los miembros de esta fe son animados a desarrollar una mente abierta y crítica, a cultivar valores éticos y a tener una actitud humilde y respetuosa hacia quienes tienen creencias diferentes.
Otro aspecto importante de la fe Bahai es su compromiso con la justicia social y la igualdad. Los Bahais creen que todas las personas tienen derecho a una vida digna y plena, y trabajan para reducir la pobreza, la discriminación y las desigualdades sociales. También promueven el diálogo interreligioso y la cooperación entre las diferentes comunidades y culturas.
En definitiva, la fe Bahai busca promover una visión espiritual, ética y humanista que sea inclusiva y comprometida con los desafíos que enfrenta la humanidad. Sus principios fundamentales son la unidad, la justicia, la verdad y la paz, y su objetivo es contribuir al bienestar y la prosperidad de toda la humanidad y del planeta en su conjunto.
El Bahaismo es una religión que se basa en la unión de todas las religiones como una sola. Su creador, Baha'u'llah, estableció una serie de principios que guían la vida de sus seguidores.
Entre las normas que el Bahaismo prohíbe se encuentran la adoración de ídolos o estatuas, la embriaguez, el consumo de drogas y sustancias que dañen la salud, la calumnia y el chisme. Todos estos comportamientos van en contra de la moral que esta religión promueve.
Además, el Bahaismo prohíbe la discriminación de cualquier tipo, ya sea por raza, género, religión u orientación sexual. La igualdad es uno de los principios fundamentales del Bahaismo, y los seguidores deben trabajar para construir una sociedad justa y equitativa.
Otras prohibiciones incluyen la violencia, el robo, el adulterio y cualquier otro comportamiento que pueda dañar a otra persona. El respeto y el amor son las bases de todas las relaciones, y esto se refleja en la forma en que los seguidores del Bahaismo tratan a los demás.
En general, el Bahaismo prohíbe cualquier comportamiento que vaya en contra de sus principios de amor, unidad y paz. Los seguidores deben buscar siempre la armonía y trabajar juntos para construir un mundo mejor.