Los lotófagos en la Odisea son un grupo de seres que aparecen en la famosa obra literaria de Homero. Son conocidos por su afición a las flores de loto, de ahí su nombre. Según la historia, los lotófagos habitaban en una isla donde se alimentaban exclusivamente de estas flores.
En la Odisea, Ulises y sus hombres llegan a la tierra de los lotófagos después de escapar de la isla de los Cicones. Los marineros, cansados y hambrientos, deciden explorar la isla en busca de alimentos. Sin embargo, al probar las flores de loto, caen en un profundo sueño y pierden todo deseo de regresar a su hogar.
La influencia de los lotófagos en los hombres de Ulises es parte importante de la trama de la Odisea. Los marineros se vuelven complacientes y olvidan su objetivo original de volver a Ítaca. Ulises, sin embargo, se da cuenta de los efectos negativos del loto y decide llevar a sus hombres de vuelta al barco, contra su voluntad.
La presencia de los lotófagos también puede interpretarse como una metáfora de las distracciones y obstáculos que se presentan en el camino hacia el regreso a casa. Representa la tentación de quedarse en un lugar cómodo y olvidar los propósitos y responsabilidades.
La historia de los lotófagos en la Odisea pone de manifiesto la importancia de mantener la determinación y resistir las tentaciones que puedan desviar del camino. Es un recordatorio de que el regreso a casa requiere valentía, perseverancia y la capacidad de resistir las distracciones que se cruzan en el camino.