De forma tácita es una expresión que se utiliza para hacer referencia a algo que no se ha expresado de manera explícita, pero que se ha dado por entendido de manera implícita o indirecta. Esta forma de comunicación puede ser muy común en las relaciones interpersonales, el ámbito empresarial y en la política.
Cuando se habla de una decisión de forma tácita, significa que no se ha tomado una decisión explícita, pero que se ha tomado una medida que sugiere una determinada dirección. Por ejemplo, si un jefe no aprueba explícitamente un proyecto, pero no dice nada al respecto y deja que continúe, se puede entender que está dando su aprobación tácitamente.
En la justicia, un contrato tácito es aquel que no se ha firmado explícitamente, pero que se ha entendido por ambas partes. Por ejemplo, si un cliente habitual de una tienda pide a la dependienta un producto que no tienen en ese momento, la dependienta puede entender que el cliente lo comprará más adelante y tomar nota en la lista de pedidos sin necesidad de que el cliente le dé su consentimiento explícito.
De forma tácita también se puede referir a la forma en que se transmiten ciertos valores, culturas o prácticas en una sociedad o grupo social. Por ejemplo, en algunas culturas el saludo al estrechar la mano es una norma social tácita que se ha transmitido de generación en generación sin necesidad de que alguien lo haya explicado explícitamente.
En el ámbito del derecho, la palabra tacita hace referencia a un acuerdo o convenio que se realiza de manera implícita, sin necesidad de que se formalice por escrito o de forma oral. Esta figura jurídica se utiliza con frecuencia en diversos ámbitos legales, como el derecho comercial, laboral o civil.
El uso de la tacita puede estar sujeto a ciertas condiciones y restricciones, por lo que es importante que se tenga en cuenta que no siempre basta con un simple entendimiento entre las partes involucradas. Las condiciones de la tacita pueden variar según el tipo de acuerdo que se esté tratando, así como las leyes y normas que regulen el ámbito en cuestión.
Es importante destacar que la tacita se diferencia de otros acuerdos y convenios por la forma en que se realiza: no se formaliza ni se establece de manera explícita, por lo que puede resultar difícil de demostrar en caso de que la situación lo requiera. Es por ello que, en muchos casos, se recomienda formalizar las relaciones contractuales mediante un acuerdo por escrito u otro documento oficial.