El ostracismo es una práctica antigua que se utilizaba en la democracia ateniense para exiliar a cualquier ciudadano que se consideraba una amenaza para la comunidad.
Esta práctica se llevaba a cabo mediante una votación popular en la que cada ciudadano escribía el nombre de la persona que quería exiliar en un trozo de cerámica llamado ostrakón.
El ostracismo se convirtió en una herramienta para proteger la democracia de influencias externas y para prevenir la tiranía. Sin embargo, también se utilizó para eliminar a líderes políticos populares y peligrosos.
Aunque el ostracismo ya no se utiliza en nuestras sociedades modernas, todavía se usa la palabra para describir la exclusión social y la marginación que puede experimentar una persona o grupo de personas en la sociedad.