Una oración compleja es aquella que contiene una o más cláusulas, que son grupos de palabras que contienen un sujeto y un predicado y que se pueden usar como una oración independiente. Estas cláusulas se unen mediante conjunciones subordinadas para formar una oración más larga y compleja.
Por ejemplo, en la oración "Cuando llegue mi mamá, vamos a cenar juntos", "Cuando llegue mi mamá" es una cláusula subordinada que indica una condición, mientras que "vamos a cenar juntos" es la cláusula principal que contiene la acción principal.
Otro ejemplo de oración compleja sería "Aunque llovió bastante, salimos a caminar". En este caso, "Aunque llovió bastante" es la cláusula subordinada que indica una circunstancia adversa, mientras que "salimos a caminar" es la cláusula principal que contiene la acción realizada.
Además, se pueden formar oraciones complejas con más de una cláusula subordinada, por ejemplo: "Después de estudiar toda la noche, aunque no estaba segura de aprobar, decidí ir a la prueba". En esta oración, se pueden identificar tres cláusulas diferentes: "Después de estudiar toda la noche", "aunque no estaba segura de aprobar" y "decidí ir a la prueba".
Las oraciones complejas son aquellas que poseen dos o más proposiciones dentro de ellas, las cuales se relacionan entre sí en términos de dependencia. Esto es, una de ellas (la subordinada) está subordinada a la otra (la principal), es decir, depende de ella gramaticalmente. A continuación, algunos ejemplos:
En estos casos, podemos notar cómo la subordinada (en negrita) complementa, explica, justifica o se opone a la principal. Es decir, no pueden existir de manera independiente, sino que su significado se completa únicamente en relación a la otra proposición.
Una oración es considerada compleja cuando contiene más de una cláusula, es decir, varias frases que forman parte de una sola oración. La presencia de palabras como "porque", "aunque" o "si" denotan la existencia de una cláusula en la frase.
Además, en una oración compleja, las cláusulas están relacionadas entre sí y no pueden ser separadas sin afectar su significado. La presencia de conectores como "y", "pero" o "sin embargo" indican la relación entre las cláusulas.
Las oraciones complejas pueden resultar más difíciles de comprender y, por tanto, de escribir. Sin embargo, son muy útiles para expresar ideas más completas y detalladas. Es importante saber cómo construirlas y usarlas correctamente.
En la gramática, existen varios tipos de oraciones, entre las cuales se encuentran las oraciones simples, complejas y compuestas. Las oraciones simples están formadas por un solo sujeto y un solo predicado. Por otro lado, las oraciones complejas y compuestas tienen más de una proposición y, por lo tanto, son un poco más difíciles de identificar.
Para reconocer una oración compleja, se debe observar si contiene al menos una proposición subordinada que depende de una proposición principal. La proposición subordinada explica, aclara o modifica la proposición principal. Por ejemplo, en la oración "María trabajó duro porque quería conseguir un ascenso", la proposición subordinada es "porque quería conseguir un ascenso" y depende de la proposición principal "María trabajó duro".
Por otro lado, una oración compuesta se compone de dos o más proposiciones independientes que están relacionadas entre sí mediante un signo de puntuación adecuado, como una coma, un punto y coma o una conjunción. En este caso, cada proposición tiene un sujeto y un predicado y podría funcionar por sí sola como una oración independiente. Un ejemplo de oración compuesta es "Juan fue al cine y Ana se quedó en casa". En este caso, "Juan fue al cine" y "Ana se quedó en casa" son proposiciones independientes que están relacionadas por la conjunción "y".
Es importante destacar que, aunque una oración sea compleja o compuesta, siempre tendrá una idea principal que la sustenta. Por lo tanto, es fundamental identificar cuál es la proposición principal para comprender correctamente el mensaje que se quiere transmitir. En cualquier caso, un buen conocimiento de la gramática española puede ayudar a diferenciar fácilmente entre una oración simple, compleja o compuesta.