Una narración abierta es una técnica literaria que consiste en dejar un final ambiguo o sin conclusión en una historia. A diferencia de las narraciones cerradas, donde todas las tramas se resuelven y la historia tiene un final definitivo, las narraciones abiertas permiten que el lector interprete o imagine cómo continúa la historia.
Este estilo narrativo es conocido también como final abierto, y su uso se ha popularizado en la literatura moderna y en películas. La idea es que el lector o espectador tenga la libertad de decidir lo que sucede con los personajes y la trama. Esto puede generar una variedad de interpretaciones, y es posible que cada lector tenga una idea diferente de cómo continúa la historia.
Las narraciones abiertas son una excelente forma de estimular la imaginación del lector, haciéndolo partícipe de la historia y permitiendo que cada uno la interprete desde su propia perspectiva. Esto puede generar un intercambio muy interesante entre lectores, al discutir las distintas posibilidades del desenlace de la trama.
Es importante destacar que una narración abierta no debe ser confundida con una historia incompleta o con errores de escritura. Una buena narración abierta requiere de una planificación cuidadosa que permita dejar los hilos argumentales abiertos de manera intencional, permitiendo que el lector sea capaz de crear su propia conclusión.
Una narración cerrada es una técnica literaria muy común en la cual la historia tiene un final bien definido y resuelto. Es decir, todos los conflictos y tramas que se presentan en la historia tienen una conclusión concreta y no hay incógnitas o preguntas sin respuesta.
Esta técnica es muy efectiva en términos de estructura narrativa, ya que permite al lector o espectador sentir una sensación de satisfacción y conclusión al final de la historia. Además, también puede ayudar a los escritores en términos de planificación y organización, al tener que asegurarse de que todas las tramas se resuelvan adecuadamente antes de la conclusión.
Sin embargo, esto no quiere decir que las narraciones cerradas sean siempre predecibles o aburridas. Al contrario, muchos libros, películas y series de televisión han utilizado esta técnica con éxito al mantener al lector o espectador en vilo hasta el final, donde se resuelve de manera inesperada y satisfactoria.
En general, se podría decir que una narración cerrada es aquella en la que todas las piezas del rompecabezas se encajan al final, creando una experiencia narrativa completa y satisfactoria. Es un recurso muy empleado en diferentes géneros, desde la novela hasta el cine, y puede ser muy efectivo al contar historias emocionantes y bien estructuradas.
Los espacios abiertos y cerrados son importantes elementos que se utilizan en la narrativa para establecer una atmósfera y contexto adecuado para la historia. Un espacio cerrado se caracteriza por ser un ambiente limitado donde los personajes no tienen libertad de movimiento, por ejemplo, una casa, una habitación, un ascensor o un avión.
En cambio, un espacio abierto se refiere a lugares más amplios y libres donde los personajes pueden moverse e interactuar con su entorno, como un parque, un bosque, una montaña o una ciudad. Además, los espacios abiertos pueden ser naturales o artificiales y utilizarse como escenarios para diferentes elementos de la historia, como la acción, el conflicto y el diálogo.
La elección de un espacio abierto o cerrado puede influir en la percepción de la historia por parte del lector o espectador. Por ejemplo, un espacio cerrado puede generar tensión, claustrofobia y miedo, mientras que un espacio abierto puede brindar libertad, tranquilidad y esperanza. Además, estos espacios pueden ser utilizados para crear metáforas y simbolismos que enriquezcan la narración.
En conclusión, los espacios abiertos y cerrados son elementos importantes en la narrativa que pueden utilizarse para crear diferentes atmósferas y ambientes. Al elegir estos elementos, los escritores y creadores pueden influir en la percepción y la emoción de los oyentes y los espectadores.
Una estructura abierta es aquella que no tiene límites bien definidos o que permite la entrada y salida de elementos. Por otro lado, una estructura cerrada es aquella que tiene límites bien definidos y no permite la entrada o salida de elementos sin algún tipo de control o autorización.
En términos de organizaciones, la estructura abierta tiende a ser más flexible y adaptable, ya que permite una mayor participación y colaboración entre miembros. Por el contrario, la estructura cerrada es más rígida y jerarquizada, con una clara separación de las responsabilidades de cada miembro.
En el ámbito de la informática, una estructura abierta se refiere a un sistema operativo o software que permite el acceso y modificación de su código fuente por parte de los usuarios. Esto posibilita una mayor innovación y mejora del software mediante la colaboración de la comunidad. Por su parte, una estructura cerrada se refiere a un software o sistema operativo que no permite el acceso a su código fuente, limitando la innovación y mejora a un grupo específico de desarrolladores.
Un final abierto es aquel en que la trama no tiene un desenlace concreto, sino que se deja al espectador o lector a que interprete lo que podría pasar después. En este tipo de finales, el autor/el director no resuelve todas las incertidumbres, las listas se quedan sin respuesta y los desenlaces se dejan abiertos.
Un ejemplo de final abierto es el final de la serie "Los Soprano", en la que la pantalla se queda en blanco sin saber qué ha sucedido con Tony y su familia. Este tipo de final ha dejado a muchos espectadores con la duda y la sensación de que la historia ha quedado incompleta.
Otro ejemplo muy conocido es el final de "Origen", donde los espectadores tienen la tarea de interpretar si el personaje principal está acostumbrando del mundo de los sueños o logró volver a la realidad. En este tipo de finales, la percepción del espectador puede ser muy diferente de otra persona y las teorías pueden variar.
Una de las claves de un buen final abierto es mantener cierta coherencia, dejando las suficientes pistas para que los espectadores puedan deducir su propia conclusión. Un final abierto bien hecho puede ser muy efectivo para crear expectación y debates entre su audiencia.