La tendencia ultramontana es un movimiento religioso y político que surgió en Europa durante el siglo XIX. Este movimiento se caracterizó por defender la autoridad papal en todos los asuntos eclesiásticos y civilización de occidente y se opuso a las ideas liberales que preconizaban la separación entre la iglesia y el Estado.
La tendencia ultramontana se originó en Francia y se extendió por toda Europa. En España, por ejemplo, la tendencia ultramontana se reflejó en el surgimiento del carlismo, un movimiento político y religioso que defendía la autoridad del rey y la iglesia frente al liberalismo.
La tendencia ultramontana también se destacó por la defensa de la tradición y la moralidad cristiana frente a la modernidad y el progreso. Asimismo, este movimiento se caracterizó por su oposición al protestantismo y al judaísmo, considerando que el catolicismo era la única verdadera religión.
En la actualidad, la tendencia ultramontana sigue existiendo en algunos sectores de la iglesia católica, que defienden la autoridad del Papa y la ortodoxia doctrinal frente a las ideas liberalizadoras.