Ser una persona enigmática significa tener una personalidad un tanto misteriosa y atrayente al mismo tiempo. Es alguien que mantiene un aurea de misterio y secretismo y eso llama la atención de quienes la rodean.
Una persona enigmática no se define fácilmente, pues se presenta como alguien de múltiples caras y facetas. Suelen ser introvertidas, reservadas y de pocas palabras, pero al mismo tiempo, suelen poseer una gran capacidad de observación y análisis.
Este tipo de personas suelen tener intereses variados y suelen estar en constante búsqueda de nuevos conocimientos. Son capaces de adaptarse a diferentes situaciones y contextos con facilidad, lo cual puede desconcertar a quienes intentan conocerles en profundidad.
En general, ser una persona enigmática no implica necesariamente ser antisocial o egocéntrica. Simplemente se trata de una forma particular de ser, que puede resultar enigmática para algunos, pero que atrae y fascina a otros por igual.