El preformismo es una teoría biológica que sostiene que los seres vivos ya traen consigo en su material genético toda la información necesaria para transformarse en un organismo completo y desarrollado.
Esta teoría defiende que la predestinación genética es lo que define el desarrollo del ser vivo, y que todo lo que ocurre durante el desarrollo no afecta a la forma final del organismo.
El preformismo fue una teoría muy popular en los siglos XVII y XVIII, pero con el tiempo fue siendo desplazada por otras teorías científicas más modernas y precisas.
Actualmente, el preformismo concepto se ha dejado de lado en la biología y en la medicina, pero sigue siendo objeto de estudio y análisis en campos como la filosofía y la historia de la ciencia.
La teoría preformista sostiene que todos los seres vivos existen en estado preformado en la célula fertilizada. Con esto se quiere decir que los caracteres hereditarios y las formas de vida ya están preexistiendo en la célula progenitora.
Esta teoría sugiere que el desarrollo embrionario no es más que una serie de etapas de despliegue para traer a la vida grandes programaciones predeterminadas. Por tanto, el cuerpo de un ser vivo se desarrolla a partir de una prefiguración previa en la célula fertilizada.
Esta idea fue muy común en el siglo XVII y duró hasta mediados del siglo XVIII. Sin embargo, hoy en día se considera que tal teoría no es válida. Los seres vivos son resultado de una conjunción dinámica de factores genéticos y ambientales que dan lugar a un desarrollo complejo de la vida.
La teoría del preformismo fue una idea que se desarrolló en el siglo XVII, y se considera como una de las primeras teorías en la biología evolutiva.
Kaspar Friedrich Wolff es el nombre del inventor de la teoría del preformismo. Fue un biólogo alemán que, en 1759, publicó su obra "Theoria Generationis", en la cual defendía esta hipótesis.
Esta teoría sostiene que todos los seres vivos ya estaban preformados, es decir, que todos los órganos y estructuras del cuerpo estaban formados en su totalidad desde el inicio del desarrollo del embrión. Esto significa que, según el preformismo, los organismos no sufren cambios significativos durante su desarrollo, sino simplemente crecen y se desarrollan en tamaño.
En el siglo XVIII, el preformismo se popularizó en Europa, aunque con el tiempo se descubrió que esta teoría era incorrecta. Con el avance de la tecnología y los conocimientos en genética y biología molecular, se pudo demostrar que los organismos evolucionan y se desarrollan a lo largo de su vida.
La teoría de la epigénesis es una teoría biológica que se desarrolló a lo largo del siglo XVIII. Esta teoría afirma que los organismos vivos no se desarrollan de forma preformada en el embrión, sino que se forman a lo largo del tiempo mediante procesos continuos de transformación y desarrollo.
Según esta teoría, cada célula contiene una información genética que determina su destino, pero su desarrollo y función también están influenciados por el ambiente en el que se encuentran. En otras palabras, los organismos no son simples copias de sus padres, sino que se desarrollan y evolucionan a través de su interacción con el mundo exterior.
Uno de los defensores más famosos de la teoría de la epigénesis fue el biólogo francés Jean-Baptiste Lamarck, quien argumentaba que los organismos no solo evolucionan a través de la selección natural y la herencia, sino que también pueden ser influenciados por el uso y desuso de ciertas partes del cuerpo a lo largo de la vida.
Aunque la teoría de la epigénesis ha sido en gran medida superada por la teoría de la preformación y la genética moderna, sigue siendo un concepto importante para entender el desarrollo y evolución de los seres vivos. En resumen, la teoría de la epigénesis sostiene que los organismos vivos se desarrollan de manera continua e interactiva con su entorno, lo que les permite adaptarse y evolucionar a lo largo del tiempo.