La teoría del asociacionismo es una corriente filosófica que se enfoca en el estudio de los procesos de asociación que tienen lugar en el cerebro humano. Esta teoría sostiene que la mente se compone de una serie de elementos simples, como sensaciones, percepciones e ideas, que se combinan a través de la asociación para formar conceptos y conocimientos más complejos.
Los asociacionistas creen que el aprendizaje se produce mediante la asociación de estímulos y respuestas. Por ejemplo, si un niño aprende a temer a los perros después de ser mordido por uno, esta experiencia podría asociar el animal con el dolor y la ansiedad.
Las ideas centrales de la teoría del asociacionismo se remontan a los primeros filósofos y psicólogos de la Antigua Grecia; sin embargo, la corriente alcanzó su máximo apogeo en el siglo XIX, en manos de pensadores como John Stuart Mill, David Hume y John Locke.
Hoy en día, la teoría del asociacionismo sigue siendo relevante en la psicología moderna, ya que muchos de los procesos cognitivos, como el aprendizaje y la memoria, se basan en la asociación de diferentes elementos mentales. Asimismo, la terapia cognitivo-conductual se basa en el enfoque asociacionista, ya que pretende modificar patrones de pensamiento negativos a través del refuerzo de pensamientos más positivos y saludables.