El gongorismo fue un movimiento literario que surgió en España durante el siglo XVII y que recibió su nombre por el poeta Luis de Góngora, considerado como su máximo exponente.
Este movimiento literario se caracterizó por su complejidad lingüística, su uso de palabras poco comunes y su tendencia a la exageración en la expresión artística.
Una de las principales características del gongorismo fue la búsqueda de la originalidad y la innovación en la expresión poética, lo que llevó a sus seguidores a utilizar recursos como el hipérbaton, el juego de palabras o el uso de términos cultos y poco usuales.
Otra característica importante del gongorismo fue su afán de influir en la sensibilidad del lector, utilizando para ello una exageración de lo exótico, lo profundo y lo complejo. Algunos autores incluso llegaban al extremo de elaborar poemas que eran prácticamente incomprensibles para el público general.
En su época, el gongorismo generó una fuerte controversia entre aquellos que lo consideraban una forma de arte auténtica y refinada, y aquellos que lo veían como una forma arrogante y vacía de expresión. Sin embargo, hoy en día se reconoce la importancia de este movimiento dentro de la historia de la literatura española y se valora su aportación a la renovación del lenguaje poético.
El gongorismo es un estilo literario que surge en el siglo XVII, caracterizado por el uso excesivo de metáforas, hiperbatones y cultismos, así como por la complejidad sintáctica y verbal.
Este movimiento literario se debe principalmente a la influencia del poeta español Luis de Góngora, cuya creación fue la cumbre del Barroco español. Góngora utilizaba un lenguaje recargado, con expresiones tomadas del latín y términos que resultaban complejos y ridículos para los que no estaban familiarizados con este tipo de escritura.
El gongorismo influyó en la poesía y la prosa, y fue cuestionado por algunos de sus contemporáneos, quienes lo consideraban irreal y artificioso. Este estilo literario no solo se popularizó en España, sino que también se extendió por otros países, como Francia, donde se le llamó 'preciosismo'.
A pesar de la controversia, el gongorismo dejó una huella importante en la historia de la literatura española y europea. Hoy en día, se sigue estudiando su legado literario, y algunos escritores contemporáneos han experimentado con los recursos estilísticos del gongorismo en sus obras.
Francisco de Quevedo lo describió como el "culteranismo", un estilo literario caracterizado por su complejidad y la explotación de la belleza fonética del lenguaje. Gongora era conocido por ser un poeta barroco y uno de los máximos exponentes del culteranismo.
Su estilo se destacó por la extrema dificultad en entender el significado literal de sus palabras, así como por la construcción de frases que envuelven figuras retóricas. Gongora también utilizó un vocabulario adornado y técnico, aunando el lenguaje culto y popular en sus obras.
Otra característica de su estilo es la complejidad sintáctica, la cual se refiere a la estructura de las oraciones. Gongora disfrutaba cambiando el orden de las palabras o invertir las oraciones para crear efectos literarios o poéticos únicos. Incluso, una de sus obras más famosas, "Soledades", es conocida por sus larguísimas frases y su complejidad sintáctica.
A pesar de su dificultad, Gongora era considerado un poeta extraordinario y un innovador del lenguaje. En su momento, su estilo fue muy influyente y valorado, aunque también tuvo algunos críticos que lo acusaban de ser pedante y excesivamente complejo. Sin embargo, su estilo extravagante y complicado sigue siendo estudiado y admirado hoy en día.
El culteranismo es un movimiento literario que surgio en España a mediados del siglo XVII como una revolución lingüística frente a la literatura barroca.
El culteranismo se caracteriza por ser un estilo poético que busca la dificultad en la lengua, la abundancia de metáforas e imágenes complejas, la utilización de neologismos, latinismos y una sintaxis compleja y retorcida.
Este estilo poético propone un uso elevado y complejo de la lengua. Los escritores culteranos defendían una lengua rica y lujosa, que permitiera la distinción intelectual y social.
Además, el culteranismo utiliza un lenguaje rebuscado que dificulta la comprensión del texto, lo que lo convierte también en un estilo elitista, orientado a los lectores cultos y con conocimientos amplios del idioma.
En resumen, el culteranismo es un movimiento literario que se caracteriza por su uso esotérico y elevado de la lengua, por su dificultad en la expresión y por su orientación elitista hacia los lectores cultos y con conocimientos amplios del idioma.
Francisco de Quevedo, el otro gran genio de la poesía barroca española, dijo de él que escribía "en caracteres ilegibles, perdido en su insondable oscuridad, el español más difícil, y del que es admitido por los doctos, que no pueden entenderle completamente, y los rústicos, que no le entienden nada".
El poeta Luis de Góngora y Argote vivió en el siglo XVII y se le considera uno de los máximos exponentes del Barroco literario en España, junto con Quevedo y Lope de Vega. Nació en Córdoba, en 1561, y su obra poética se caracteriza por su complejidad, técnica y riqueza léxica.
Góngora cultivó diferentes géneros poéticos como la poesía lírica, pastoral y satírica, y se le reconoce como el creador de la corriente literaria denominada "culteranismo", también conocida como "gongorismo". Esta corriente se caracteriza por el uso de un lenguaje complejo que buscaba la belleza estética y la riqueza sonora, a través de una sintaxis complicada y de la utilización de neologismos y palabras cultas.
A pesar de su importancia en la literatura española y su reconocimiento posterior, Góngora tuvo que enfrentarse a numerosas críticas durante su vida, tanto por parte de escritores como de lectores, debido a la complejidad de su obra y la falta de comprensión de algunos aspectos literarios.