El cooperativismo es un modelo de organización social, económica y comercial que se basa en la cooperación y la solidaridad entre sus miembros. Se trata de una forma de gestión empresarial que busca el bienestar de todos sus miembros y no solo de la maximización de beneficios. En una cooperativa, los socios colaboran para tomar decisiones, gestionar los recursos y repartir los beneficios.
El movimiento cooperativo se originó en Europa en el siglo XIX como respuesta a la explotación laboral y la pobreza que sufrían los trabajadores en aquella época. Desde entonces, las cooperativas se han ido extendiendo por todo el mundo y hoy en día están presentes en sectores tan diversos como la agricultura, la banca, la alimentación, la vivienda o el turismo.
Las principales características del cooperativismo son la propiedad y el control democrático de la empresa por parte de los socios, la participación activa de todos ellos en la gestión y la toma de decisiones, la distribución equitativa de los beneficios y la promoción de valores éticos y sociales como la solidaridad, la responsabilidad y el compromiso con la comunidad.
En definitiva, el cooperativismo es una forma de organización empresarial democrática y solidaria que busca el bienestar y el desarrollo de sus miembros y de la comunidad en general. A través de esta filosofía de trabajo, se promueve una economía más justa, participativa y sostenible, en la que las personas y los valores sociales tienen un papel protagonista.