Un dialecto se considera lengua cuando tiene una estructura gramatical y un vocabulario propio que lo diferencian de otros dialectos o lenguas.
También se considera lengua cuando tiene un estatus oficial y es utilizada como medio de comunicación en diferentes contextos, como la educación, la administración pública y los medios de comunicación.
Otro criterio importante para considerar un dialecto como lengua es la existencia de una comunidad de hablantes que lo utilizan como su forma principal de comunicación, y que lo transmiten de generación en generación.
Existen ejemplos de dialectos que han sido reconocidos oficialmente como lenguas, como el catalán, el gallego y el vasco en España, o el quechua en Perú.
Es importante tener en cuenta que la distinción entre dialecto y lengua no siempre es clara y puede depender de factores políticos, históricos y culturales.
En resumen, un dialecto se considera lengua cuando tiene características propias, un estatus oficial, una comunidad de hablantes y posee un sistema de escritura y literatura desarrollados.
La distinción entre una lengua y un dialecto es un tema complejo. A primera vista, puede parecer fácil señalar las diferencias entre ambos, pero en realidad implica una serie de factores lingüísticos, políticos y sociales.
En primer lugar, una lengua se entiende como un sistema de comunicación compartido por una comunidad amplia y diversa. Por lo general, se establece como lengua oficial en un país y se enseña en las escuelas. Tiene una normativa gramatical y ortográfica establecida, así como una literatura y tradiciones propias.
Por otro lado, un dialecto es una variante regional o social de una lengua. Se caracteriza por tener diferencias fonéticas, léxicas y gramaticales respecto a la lengua estándar. A menudo, los dialectos surgieron debido al aislamiento geográfico o por la convivencia de diferentes grupos culturales en una región específica.
Una diferencia clave entre una lengua y un dialecto es la percepción y el reconocimiento oficial. Si una comunidad habla un dialecto y considera que es parte de su identidad, el dialecto puede ser visto como una lengua en sí misma. Sin embargo, si una variante es considerada un dialecto de una lengua mayoritaria, puede recibir menos prestigio y apoyo institucional.
Otro criterio importante es la inteligibilidad mutua. Si dos variantes lingüísticas se pueden entender entre sí sin grandes dificultades, se consideran dialectos de la misma lengua. Si, por el contrario, la comunicación es complicada o imposible, se trataría de diferentes lenguas.
En resumen, la diferenciación entre una lengua y un dialecto implica aspectos diversos como la oficialidad, la normativa, la percepción social y la inteligibilidad mutua. No hay una respuesta única ni definitiva, ya que muchas veces depende de cuestiones políticas y culturales. Es importante ser conscientes de la complejidad de este tema y no subestimar la importancia y la riqueza de los dialectos en todas sus variedades.