El atonalismo surge como una corriente musical a mediados del siglo XX, como respuesta a la armonía tonal, que había prevalecido desde la música barroca hasta el romanticismo.
Algunos compositores habían experimentado con la disonancia y la tensión armónica desde finales del siglo XIX, pero fue Arnold Schönberg quien llevó esta idea a su máxima expresión, al desarrollar un sistema musical basado en la ausencia de una tonalidad definida.
Este sistema, llamado dodecafonismo o música serial, establecía una serie de doce notas, que se utilizaban de manera ordenada, sin repetir ninguna antes de haber pasado por todas las demás. De esta manera, se evitaba la jerarquía tonal y el oyente no encontraba un centro tonal claro en la obra.
El primer ejemplo de música atonal se encuentra en la obra de Schönberg llamada Tres Piano Piezas, Op. 11, que fue estrenada en 1909. A partir de ese momento, otros compositores empiezan a utilizar esta técnica, como su alumno y colaborador Alban Berg, así como Anton Webern y Milton Babbitt, entre muchos otros.
El atonalismo surgió a finales del siglo XIX y principios del siglo XX en Europa. Este movimiento musical buscaba romper con las normas de la música tonal tradicional y explorar nuevas sonoridades y estructuras.
Uno de los principales impulsores del atonalismo fue el compositor austríaco Arnold Schönberg quien, a través de su teoría de la emancipación de los acordes, propuso el uso de elementos de la música tonal en una estructura no tonal.
El atonalismo también se relaciona con la corriente artística del expresionismo, que buscaba reflejar en sus obras un estado emocional intenso y caótico. En la música, esto se logró a través del uso de técnicas como la disonancia, el uso de escalas no convencionales y la ausencia de una tonalidad definida.
A lo largo del siglo XX, el atonalismo se convirtió en una corriente influyente en la música contemporánea, inspirando a compositores de todo el mundo a experimentar con nuevos sonidos y formas. Hoy en día, el atonalismo sigue siendo un recurso compositivo utilizado en muchas obras contemporáneas.
El atonalismo es un estilo musical que nació a finales del siglo XIX, pero ¿Quién es su creador? En realidad, no hay una única respuesta a esta pregunta, ya que varios compositores contribuyeron al desarrollo del atonalismo.
Sin embargo, Arnold Schoenberg es uno de los compositores más importantes en la creación del atonalismo. Este músico austríaco fue uno de los primeros en experimentar con la falta de tonalidad en la música, y en 1908 escribió su primera obra completamente atonal, llamada "Cuarteto de cuerda nº 2". Además, Schoenberg creó un sistema llamado "dodecafonismo", que utiliza una serie de 12 notas sin repetición para crear una estructura musical sin tonalidad.
Otros compositores que hicieron importantes contribuciones al atonalismo incluyen a Anton Webern y Alban Berg. Ambos también eran austríacos y cercanos a Schoenberg, y utilizaron sus ideas para crear obras musicales sin tonalidad. Webern también desarrolló un sistema similar al dodecafonismo, llamado "serialismo", que utiliza una serie de elementos musicales (no sólo notas) para crear una estructura sin tonalidad.
En resumen, aunque varias personas contribuyeron al nacimiento del atonalismo, Arnold Schoenberg fue uno de sus primeros y más importantes defensores. Su sistema de dodecafonismo y su obra "Cuarteto de cuerda nº 2" son considerados hitos en el desarrollo de la música sin tonalidad.
La música tonal es un estilo musical que utiliza una jerarquía tonal en su estructura armónica. Este estilo de música surge en el siglo XVII, en el periodo conocido como Barroco. Concretamente, la música tonal comenzó a desarrollarse en Italia a principios del siglo XVII, y posteriormente se extendió por toda Europa.
La música tonal es muy diferente de la música modal que se tocaba antes del Barroco. Los músicos de la época medieval y renacentista no utilizaban la jerarquía tonal que se utiliza en la música tonal. En la música modal, la música se basaba en escalas modales que no tenían una jerarquía clara.
Aunque la música tonal comenzó a desarrollarse en Italia, fue en Alemania donde la música tonal se desarrolló plenamente. Uno de los más grandes exponentes de la música tonal fue Johann Sebastian Bach, quien creó algunas de las piezas más complejas y hermosas de la música tonal.
La música tonal ha sido la base de la música occidental desde el siglo XVII. A lo largo de los siglos XIX y XX, la música tonal experimentó una gran cantidad de evolución y transformación, pero sigue siendo un estilo musical fundamental en la música clásica y en otros géneros como el Jazz.
La música atonal es aquella que no tiene una tonalidad fija o clara, es decir, no sigue un patrón de notas o acordes que identifique una nota como “dominante” o “tónica”. Fue creada en el siglo XX y algunos de sus exponentes más conocidos son Arnold Schoenberg, Alban Berg y Anton Webern.
La música atonal tiene una estructura compleja y a veces difícil de seguir para el oído no entrenado. Esta falta de tonalidad puede generar una sensación de inestabilidad en el oyente, aunque también permite al compositor una mayor libertad y experimentación en la creación musical.
Uno de los ejemplos más conocidos de música atonal es la obra “Pierrot Lunaire” de Schoenberg, en la que la voz recita un texto en alemán en tonalidades muy variadas, creando una atmósfera inquietante y poco convencional. Otro ejemplo es “Wozzeck” de Berg, una ópera compleja y caótica que sigue la historia de un hombre enloquecido por el mundo que lo rodea.
En resumen, la música atonal es un tipo de música que carece de tonalidad y que fue creada en el siglo XX. Algunos de sus exponentes más conocidos son Schoenberg, Berg y Webern, y algunas de las obras más destacadas son “Pierrot Lunaire” y “Wozzeck”. La complejidad de esta música puede generar cierta inquietud en el oyente, pero también deja espacio para la experimentación y la creatividad en la composición musical.