Existen tres tipos de narrador: el narrador en primera persona, el narrador en tercera persona y el narrador omnisciente.
El narrador en primera persona es aquel que cuenta la historia desde su propio punto de vista, utilizando pronombres como "yo" o "nosotros". Este tipo de narrador suele ser uno de los personajes principales de la historia y está presente dentro de ella, participando en los eventos y emociones. Su visión está limitada a lo que él mismo puede percibir y experimentar. Por ejemplo, en la novela "Las aventuras de Tom Sawyer" de Mark Twain, Tom es el narrador en primera persona y relata los acontecimientos desde su perspectiva infantil y traviesa.
Por otro lado, el narrador en tercera persona narra la historia desde fuera de ella, utilizando pronombres como "él", "ella" o "ellos". Este tipo de narrador tiene un papel más objetivo y distante de los acontecimientos, ya que no forma parte de la historia. Puede tener acceso a los pensamientos y sentimientos de los personajes, pero siempre desde una perspectiva externa. Un ejemplo de este tipo de narrador es el que se encuentra en la obra "Cien años de soledad" de Gabriel García Márquez, en donde narra los sucesos de la familia Buendía a lo largo de varias generaciones.
Finalmente, el narrador omnisciente es aquel que tiene un conocimiento total y absoluto de la historia y los personajes. Este narrador puede acceder a los pensamientos y emociones de todos los personajes, así como a información que no es conocida por ellos. Es como si tuviera una visión de "dios" dentro de la historia. En el libro "El Gran Gatsby" de F. Scott Fitzgerald, el narrador omnisciente nos permite conocer los pensamientos y motivaciones de varios personajes, sin tener que limitarnos a la perspectiva de uno solo.
En conclusión, cada tipo de narrador tiene sus características y ventajas. El narrador en primera persona nos ofrece una visión subjetiva e íntima, el narrador en tercera persona nos permite tener una visión más objetiva y el narrador omnisciente nos brinda una visión completa y total de la historia. La elección del tipo de narrador dependerá del efecto que se quiera lograr y de la historia que se desea contar.
En la literatura, existen diferentes tipos de narradores que nos cuentan las historias. El narrador es el encargado de transmitir la trama y los acontecimientos que ocurren en la obra. A través de su voz, podemos conocer los pensamientos y emociones de los personajes, así como la visión particular del narrador sobre los sucesos.
El narrador omnisciente es uno de los tipos más comunes. Este tipo de narrador es aquel que tiene un conocimiento absoluto de la historia y de los personajes. Puede revelar información que los personajes desconocen y se presenta como un observador objetivo de los acontecimientos.
Por otro lado, encontramos al narrador en primera persona. En este caso, la historia se cuenta desde la perspectiva de un personaje o protagonista. El narrador en primera persona utiliza el "yo" para contar los hechos y nos muestra su punto de vista subjetivo.
Otro tipo de narrador es el narrador en tercera persona. Este narrador no participa directamente en la historia y se refiere a los personajes usando los pronombres "él" o "ella". Puede tratarse de un narrador objetivo, que solo nos describe los hechos, o de un narrador limitado, que nos muestra los pensamientos y emociones de uno o varios personajes.
Finalmente, tenemos el narrador testigo, que es aquel que no es el protagonista pero presencia los acontecimientos y los narra. Este tipo de narrador nos cuenta la historia desde su punto de vista, pero sin ser parte directa de ella.
Estos son solo algunos de los tipos de narradores que existen en la literatura. Cada uno de ellos aporta una visión distinta y nos permite ver los sucesos desde diferentes perspectivas.
La narración consta de tres partes fundamentales: introducción, nudo y desenlace.
En la introducción, se presentan los personajes principales, el escenario y se establece el ambiente en el que se desarrollará la historia. Es un momento crucial para captar la atención del lector y despertar su interés por lo que vendrá a continuación.
En el nudo, la trama se desarrolla y se desarrollan los conflictos que enfrentarán los personajes. Aquí es donde suceden los eventos más relevantes de la historia y se genera la tensión que mantendrá al lector interesado en continuar leyendo. En esta parte, se presentan las acciones que llevarán a los personajes hacia el desenlace de la historia.
Finalmente, el desenlace es el desenlace de la historia en la que se resuelven los conflictos planteados en el nudo. Aquí se cierran todas las subtramas y se revela el desenlace de la historia principal. Es el momento en el que se revela la moraleja o el mensaje de la historia.
En definitiva, la narración se estructura en tres partes: la introducción, el nudo y el desenlace. Cada una de estas partes tiene un papel crucial en el desarrollo de la historia y en la captación de la atención del lector.