Existen múltiples maneras de referirse a algo que resulta ser caro, sin utilizar la palabra costoso.
Podemos emplear sinónimos como oneroso, carísimo, exorbitante o incluso desorbitado. Estas opciones potencian nuestra variedad léxica y dan una mayor riqueza a nuestro lenguaje.
Otra forma de expresar que algo tiene un precio elevado, es utilizar frases coloquiales que denoten este sentido. Podemos decir que es algo que "se va de las manos", que es una "barbaridad", que es "una pasada" o que es "una locura". De esta forma, damos una imagen más relajada de lo que queremos expresar, sin perder el sentido de la expresión.
También podemos buscar palabras que tengan un matiz similar pero que aporten diferentes connotaciones, como caro, valioso, selecto, refinado o exclusivo. Estos adjetivos nos permiten transmitir diferente información acerca del producto o servicio que queremos describir.
En definitiva, utilizar un lenguaje variado y adaptado al contexto en el que nos encontremos y al público al que nos dirigimos, nos permitirá comunicarnos de una forma más efectiva. No debemos limitarnos a utilizar una única palabra para referirnos a lo que consideramos caro, sino aportar diferentes opciones para enriquecer nuestro vocabulario.