El paneslavismo es una corriente ideológica que promueve la unidad de los pueblos eslavos y se originó a mediados del siglo XIX. El surgimiento del paneslavismo tuvo lugar en un contexto de creciente nacionalismo y disputas territoriales entre las diversas etnias de Europa central y oriental.
Los primeros indicios del paneslavismo se dieron en la década de 1830 en Praga, con la fundación de una sociedad secreta que buscaba la unión de los eslavos. Luego, en 1848, en el Congreso de Praga, se proclamó la creación de la primera Liga Paneslava.
El paneslavismo tuvo un gran impulso con la formación del Imperio Austrohúngaro y la expansión de Rusia, que consideraban a sus poblaciones eslavas como parte de su esfera de influencia. La corriente tuvo un importante papel en la lucha contra el dominio turco en los Balcanes y en la creación de los nuevos estados eslavos después de la Primera Guerra Mundial.
Aunque el paneslavismo tuvo diferentes variantes, todas defendían la unidad de los pueblos eslavos y la creación de un Estado eslavo unificado. Sin embargo, esta idea nunca se concretó debido a las diferencias culturales, políticas y religiosas entre los países eslavos.
Hoy en día, el legado del paneslavismo sigue presente en la identidad nacional de muchos países eslavos y en la colaboración entre ellos en diversas áreas, como la cultura, la economía o la política internacional.