La acentuación en español es una regla fundamental para garantizar una correcta pronunciación y comprensión de las palabras. Los acentos se utilizan para indicar la sílaba tónica de una palabra, es decir, la sílaba con mayor fuerza de pronunciación. Para entender cómo se lleva acento, es necesario conocer las reglas y excepciones que rigen esta norma.
En español, existen tres tipos de acento: el acento prosódico, el acento ortográfico y el acento diacrítico. El acento prosódico es el acento natural de cada palabra, por ejemplo, en la palabra "cumpleaños", la sílaba tónica es "a". Por otro lado, el acento ortográfico se utiliza para señalar la sílaba tónica en aquellas palabras que no siguen las reglas de acentuación general, como "pájaro" o "mí". Finalmente, el acento diacrítico se utiliza para diferenciar palabras que se escriben de la misma forma pero tienen significados diferentes, como "él" y "el".
Las palabras agudas, graves y esdrújulas son ejemplos de cómo la acentuación puede variar según su ubicación y sílaba tónica. Las palabras agudas son aquellas que tienen el acento en la última sílaba, como "café" o "reloj". Las palabras graves, también conocidas como llanas, tienen el acento en la penúltima sílaba, como "gato" o "zapato". Finalmente, las palabras esdrújulas llevan el acento en la antepenúltima sílaba, como "método" o "teléfono".
Para utilizar los acentos en español, es necesario conocer las reglas de acentuación y prestar atención a las excepciones. Algunas reglas básicas incluyen acentuar las palabras agudas que terminan en vocal, n, o s; las palabras graves que no terminan en vocal, n o s; y las palabras esdrújulas y sobreesdrújulas. Es importante tener en cuenta que hay excepciones a estas reglas, por ejemplo, las palabras monosílabas no llevan acento ortográfico.